domingo, 31 de agosto de 2014

Al comienzo de curso...




Al comienzo del nuevo curso escolar,
nosotros, los educadores,
seamos cuidadosos con lo que decimos;
seamos positivos y estimulemos a nuestr@s chic@s.
Y al mismo  tiempo,
hagámonos sordos a los mensajes negativos.
¡BUEN CURSO A TODOS!

sábado, 23 de agosto de 2014

¿VER en tiempos recios?

   Cuando aprendemos a ver desde nuestra verdadera identidad, todo, absolutamente todo lo que aparece, es reconocido como algo que nace de lo que somos. Por tanto, lo que vivimos es aceptación, no como resignación, sino como rendición a una sabiduría mayor. (Enrique Martínez Lozano, “otro modo de ver, otro modo de vivir”)



   Nos movemos en tiempos donde las distracciones son muchas y de muchas clases: pensamientos descontrolados, saturación tecnológica, invitación al consumismo inmediato, tendencia a la normalidad estadística, insatisfacción permanente generalizada… Se hace difícil ver en estos “tiempos recios” que diría Santa Teresa, quien avisaba a sus monjas de no culpar a los tiempos, que para hacer Dios grandes mercedes a quien de veras le sirve siempre es tiempo.

   Y es que aunque caemos en la trampa de pensar que estos tiempos son más difíciles que otros, lo cierto es que todas las épocas son inmediatas a Dios (M. de Certeau), ya que todas están a la misma distancia de Dios y Dios mantiene una relación inmediata con cada época. (Salvador Ros García, La experiencia de Dios en mitad de la vida)


   A nada de comenzar el nuevo curso escolar, me siento llamado a descubrir y ver en esta época los signos de la presencia de Dios en nuestra sociedad secularizada y en medio de una fuerte increencia. Es el punto de partida de una espiritualidad laica, para gente que vive en el mundo “hallando a nuestro Señor Dios en todas las cosas” como dice San Ignacio.


martes, 1 de julio de 2014

Incontables son las veces...




Incontables las veces, Amigo y Señor,
que te haces Presencia entrañable,
Camino y Misterio, Maestro y Amor.
¡Te haces encuentro de tantas maneras!
¡Hablas en tantos silencios!
¡Confías en tantas palabras!
¡Esperas en tantos desvelos!
¡Te escondes en tantos pequeños!

Incontables las veces
que mis ojos desesperanzados
no reconocen que pasas cerca,
rompiendo ataduras,
cambiando proyectos, aclarando anhelos,
avivando mi mirar, desde lo profundo,
a los rostros de tantos hermanos cercanos, de lejos,
que son transparencia y huella de ese paso tuyo.

Señor de la historia, Señor de mis años,
tu presencia en el hoy de mi vida,
te vistes con ropas de lo cotidiano.
Conoces mis sueños, mis sombras, mis luces,
mis penas, mis alas sin vuelo,
mis pasos desalentados...
Me conoces y sabes que me cuesta verte
en el "paso a paso",
en lo rutinario, en el "día a día",
en lo no brillante, en lo limitado.

¡Limpiame los ojos, mi Dios hecho hermano!
Me conoces y sabes que no me acostumbro a tu traje,
ropa de pocos colores, concreto,
común, desgastado.
¡He buscado tu rostro, Señor de mis años!
Mis ojos han visto en tu paso,
señal de alianza, amor extremado.
Con gran confianza se han vuelto
buscando los tuyos,
pidiendo la gracia, la fuerza, el descanso.

Compañero siempre, mi Dios alfarero,
hazme a tu manera, cántaro sencillo,
de paz, de silencio,
de gratuidad hecha entrega.
Señor de mi vida, amigo, hermano,
hazme a tu manera, gesto cotidiano
de fe, de escucha, de ofrenda, de abrazo.
¡Mi Dios entrañable, mi Dios compañero,
gracias por tu paso!


domingo, 22 de junio de 2014

Puedes más de lo que piensas

A veces te sientes incapaz... De tantas cosas... De sacar adelante proyectos... De resolver un problema... De superar una prueba... De...

A veces paladeas el fracaso... En una relación, en un examen, en un trabajo… y eso te hace dudar. Dudas de tu valía, de tu capacidad, de tu poder. Y te vas sepultando bajo frases de rendición: «es que no puedo»; «si yo no valgo»; «con el talento que tienen otros»; «nunca seré capaz…» 

¡Te engañas! Puedes más de lo que piensas. Todos tenemos dentro fuerza (en la debilidad más absoluta). Y capacidades escritas en nuestra entraña. Tenemos talentos que han de dar mucho fruto. Lo importante es no olvidar los motivos, no perder los sueños, no abandonar las metas, y saber hacia dónde caminamos.

Dios, y su evangelio, nos pone un buen paisaje ante los ojos.



Extraído de PastoralSJ (http://www.pastoralsj.org/)

miércoles, 11 de junio de 2014

¿Nueve o diez dinares?

   Una noche, Mulla Nasrudin tuvo un extraño sueño: un rico desconocido vino a hacerle una visita y le dio nueve dinares. Mulla los rechazó diciendo:


   -¿Y por qué solo nueve? Dame uno más y así redondeamos la cifra.



   El hombre se negó. Mulla insistió, suplicó, se debatió tanto que se terminó por despertarse. Viendo su mano vacía, maldijo su mal carácter que le había llevado a perder este regalo inesperado. Por ello volviendo a adoptar la postura del sueño, cerró los ojos y alargó la mano presentando excusas:

   -Bueno, de acuerdo, dame de todas formas los nueve dinares…






Puesto que se quieren diez dinares, no disfrutamos de lo que tenemos aquí y ahora. Se quiere todo o nada.  En general, nos quejamos de lo que tenemos. Pensamos que nunca tenemos bastante. Puestos a pedir, pedimos la luna. Sin embargo, el Antiguo Testamento dice: "Dichoso el sabio porque está satisfecho con lo que tiene".
Si estamos insatisfechos con lo que tenemos hoy, por más que obtengamos más, siempre estaremos insatisfechos. ¡Aceptemos los nueve dinares! Sepamos aprovecharlos..., pues lo poco que tenemos podría sernos retirado al despertar.


(La sabiduría de los cuentos, Alejandro Jodorowsky)

sábado, 19 de abril de 2014

EL se nos APARECIÓ y...



   Pasaste a la otra orilla roto, herido, insultado, latigado, torturado, crucificado, demacrado, desfigurado, humilladoEncomendaste tu alma al Padre, perdonaste a todos los que habían tenido parte en esto y te dejaste en manos del Padre. Y pasaste a la otra orilla con las heridas y sufrimientos de la humanidad: miedos, traiciones, pérdidas, poder corrupto, dinero negro, celos, envidias, luchas de poder, ego malsano

   En la otra orilla Dios Padre te RESUCITÓ. No sabemos cómo, pero allí apareciste TÚ resplandeciente, con cara apacible. Nos llamaste a cada uno por nuestro nombre como solías hacer, con cariño y cercanía. SÍ, te vimos y nos quedamos como estatuas (por un lado la vergüenza de NO haber podido hacer nada nos paralizaba, por otro el temor que sentíamos al verte ahora, allí, delante de nosotros). Comenzaste a hablar como solías hacer y nos ganaste, otra vez. Creíamos que nunca más nos pondríamos a tu alrededor a escucharte, a conversar como hacen los amigos, a… Y se nos regaló estar contigo como ya lo habíamos hecho, pero de manera nueva. ¡Estábamos tan PERPLEJOS! ¡Estábamos tan CONTENTOS!

   No salió de tu boca queja ninguna, NO nos llamaste traidores ni miedosos ni flojos ni cobardes ni hipócritas… Nos envolviste en ese abrazo mágico que puso todas nuestras partes rotas en su sitio (esto me resucitó), como el Padre había hecho contigo. Y nos dijiste: “DEJAD IR… SOLTAR… y VIVIRÉIS”. Y, entonces, con lágrimas de emoción y alegría en los ojos, comprendí que:

     ·         TÚ DEJASTE IR a quienes te prendieron.
     ·         TÚ DEJASTE IR a quienes te latigaron.
     ·         TÚ DEJASTE IR a quienes te insultaron.
     ·         TÚ DEJASTE IR a quienes te juzgaron.
     ·         TÚ DEJASTE IR a quienes te crucificaron.
     ·         TÚ DEJASTE IR a quienes te entregaron.
     ·         TÚ DEJASTE IR a quienes te traicionaron.
     ·         TÚ DEJASTE IR a quienes te…
     ·         JESÚS, mi hermano de camino, DEJASTE IR…

   Se nos apareció sin un ápice de IRA, de RABIA, de SED de VENGANZA, de ENFADO, de DERROTA, de FRACASO, de… Hubo en ese encuentro palabras y gestos de cariño, hubo risas y abrazos sentidos como el que vivió MARÍA, su MADRE (que no podía contener el llanto de alegría). Y allí, en ese encuentro, contemplando a mi amigo y hermano Jesús empecé a DEJAR IR…

     ·         DEJE IR la vergüenza y el temor.
     ·         DEJE IR la ira y la rabia.
     ·         DEJE IR el enfado y la sed de venganza.
     ·         DEJE IR los insultos y las peleas.
     ·         DEJE IR las luchas de poder y la competitividad.
     ·         DEJE IR la heridas del pasado y…
     ·         DEJE IR…

   Mi cuerpo se iba liberando de zonas oscuras y sentimientos negativos. Me sentía ligero y vivo. Estaba RESUCITANDO y mis sentidos se ocupaban en VIVIR.

domingo, 13 de abril de 2014

Y en tu vida, ¿qué es lo que más deseas?

No recibe nada a cambio, no se volverá rico, no aparecerá en televisión, permanecerá anónimo. No será famoso. No…
Lo que él recibe son emociones y la satisfacción de haber ayudado a alguien. El presencia la felicidad. El entiende la vida de manera más profunda: siente el amor, recibe más de lo que el dinero puede comprar, hace del mundo un lugar hermoso…

Y en tu vida, ¿qué es lo que más deseas?

viernes, 7 de marzo de 2014