martes, 28 de junio de 2011

Descansa y espera (Salmo 36)

El movimiento invita a la atención, nos exige practicar la devoción sobre nosotros mismos, no de un modo centrado en el self (ego) sino como una acto de lealtad. En vez de abandonarnos a nosotros mismos podemos aprender a habitarnos a nosotros mismos. El cuerpo siente una tremenda nostalgia de nosotros, y espera pacientemente nuestro retorno. Aunque hayamos ignorado sus invitaciones durante años, ahora, cuando las aceptamos se externaliza con gran sabiduría y exhuberanica. Descubrimos que no necesitamos entrenamiento en vitalidad, que sólo hemos carecido de la determinación de sentirla. Y aquí está.

(John Welwood, Ordinary Magic)

Confia en el Señor y haz el bien,
habita tu tierra y practica la lealtad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará todo lo que pide tu corazón.
Encomienda tu camino al Señor,
confía en él
y el actuará.
Descansa en el Señor
y él actuará.

1 comentario:

  1. PRecioso y cierto, esas son las cosas verdaderament ciertas e importantes. GRacias por compartirlo.

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