domingo, 23 de septiembre de 2012

Oración para comenzar la semana



¡GRACIAS PADRE porque HABITAS en mi corazón!

¡GRACIAS PADRE porque me rodeas con tu mano!



Ya me sintiere yo el más sólo y en la soledad más total,
que allí estás tú, compañero fiel.
Ya me sintiere yo único en mi “caer”,
desgraciado entre los más desgraciados,
que estando Tú, Padre mío, en mi,
ni la soledad es tan oscura y terrible,
ni la caída es tal,
ni soy tan desgraciado.

¡GRACIAS PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS PADRE porque me rodeas con tu mano!

No permitas, Padre, que me olvide de ti.
No permitas, Padre, que me aleje de ti.
En mis desordenes y vaivenes,
en Ti encuentro cobijo.
En mis adicciones y tribulaciones,
En Ti encuentro descanso.
Soy tuyo, me siento tuyo,
No permitas que te sienta lejos,
te lo imploro, Padre de todos y de todo lo creado.

¡GRACIAS PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS PADRE porque me rodeas con tu mano!

Mi corazón es más vivo sabiéndote dentro.
Vivificas el latir de mi corazón,
purificas mi sangre
y la recirculas al son de la divinidad.
GRACIAS, PADRE, porque cuidas de mi.
Renuévame, Padre,
Física y espiritualmente,
Racional y emocionalmente.
Hazme UNO contigo.
¡Deseo vibrar al compás de tu cantar!

¡GRACIAS PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS PADRE porque me rodeas con tu mano!

Me acuerdo de aquellos que sienten que te han perdido
y así lo han perdido TODO.
Me uno a ellos en semejante “dolor”.
No te olvides, Padre, de ninguno de esos “pequeños”;
Tus hijos quieren ser felices
y anhelan en lo más hondo de su ser
ese abrazo de Padre.
¡Somos tan grandes en nuestra pequeñez!
¡Somos tan fuertes en nuestra debilidad!

¡GRACIAS PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS PADRE porque me rodeas con tu mano!

Perdona, Padre, a quienes me han hecho daño,
enséñame a quererlos como tú lo haces.
Libérame, Padre, de mis culpas y mis fallos,
porque yo también he hecho daño a otros,
mira por ellos, Padre.
No permitas que el RESENTIMIENTO nos haga malas personas,
al contrario, ENSEÑANOS A AMAR mejor.
Si alguna vez me encuentro con alguna de ellas,
infúndeme el deseo de ternura en mi corazón
y NO permitas que lleve cuenta del mal.

¡GRACIAS PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS PADRE porque me rodeas con tu mano!

Hazme instrumento y testigo de Ti, Padre.
He vagado sin saber qué… cómo… quién… por qué…
Sigo sin saber muchas cosas,
Pero sé que “soy más yo” contigo a “mi vera”.
Quiero unirme a Ti, Padre,
creador de la vida y sanador de las almas,
en el silencio de cada día
y ahora, solo ahora, me siento completo.

¡GRACIAS PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS PADRE porque me rodeas con tu mano!

1 comentario:

  1. Dios te habita. Dios te ha hecho bello. Dios te sostiene. Dios te susurra su amor. Y tú. tú, Emilio, te dejas mecer y das gratis lo que gratis has recibido.

    Bellísima oración que deseo hacer mía.

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