¡GRACIAS
PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS
PADRE porque me rodeas con tu mano!
Ya
me sintiere yo el más sólo y en la soledad más total,
que
allí estás tú, compañero fiel.
Ya
me sintiere yo único en mi “caer”,
desgraciado
entre los más desgraciados,
que
estando Tú, Padre mío, en mi,
ni
la soledad es tan oscura y terrible,
ni
la caída es tal,
ni
soy tan desgraciado.
¡GRACIAS
PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS
PADRE porque me rodeas con tu mano!
No
permitas, Padre, que me olvide de ti.
No
permitas, Padre, que me aleje de ti.
En
mis desordenes y vaivenes,
en
Ti encuentro cobijo.
En
mis adicciones y tribulaciones,
En
Ti encuentro descanso.
Soy
tuyo, me siento tuyo,
No
permitas que te sienta lejos,
te
lo imploro, Padre de todos y de todo lo creado.
¡GRACIAS
PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS
PADRE porque me rodeas con tu mano!
Mi
corazón es más vivo sabiéndote dentro.
Vivificas
el latir de mi corazón,
purificas
mi sangre
y
la recirculas al son de la divinidad.
GRACIAS,
PADRE, porque cuidas de mi.
Renuévame,
Padre,
Física
y espiritualmente,
Racional
y emocionalmente.
Hazme
UNO contigo.
¡Deseo
vibrar al compás de tu cantar!
¡GRACIAS
PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS
PADRE porque me rodeas con tu mano!
Me
acuerdo de aquellos que sienten que te han perdido
y
así lo han perdido TODO.
Me
uno a ellos en semejante “dolor”.
No
te olvides, Padre, de ninguno de esos “pequeños”;
Tus
hijos quieren ser felices
y
anhelan en lo más hondo de su ser
ese
abrazo de Padre.
¡Somos
tan grandes en nuestra pequeñez!
¡Somos
tan fuertes en nuestra debilidad!
¡GRACIAS
PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS
PADRE porque me rodeas con tu mano!
Perdona,
Padre, a quienes me han hecho daño,
enséñame
a quererlos como tú lo haces.
Libérame,
Padre, de mis culpas y mis fallos,
porque
yo también he hecho daño a otros,
mira
por ellos, Padre.
No
permitas que el RESENTIMIENTO nos haga malas personas,
al
contrario, ENSEÑANOS A AMAR mejor.
Si
alguna vez me encuentro con alguna de ellas,
infúndeme
el deseo de ternura en mi corazón
y
NO permitas que lleve cuenta del mal.
¡GRACIAS
PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS
PADRE porque me rodeas con tu mano!
Hazme
instrumento y testigo de Ti, Padre.
He
vagado sin saber qué… cómo… quién… por qué…
Sigo
sin saber muchas cosas,
Pero
sé que “soy más yo” contigo a “mi vera”.
Quiero
unirme a Ti, Padre,
creador
de la vida y sanador de las almas,
en
el silencio de cada día
y
ahora, solo ahora, me siento completo.
¡GRACIAS
PADRE porque HABITAS en mi corazón!
¡GRACIAS
PADRE porque me rodeas con tu mano!
Dios te habita. Dios te ha hecho bello. Dios te sostiene. Dios te susurra su amor. Y tú. tú, Emilio, te dejas mecer y das gratis lo que gratis has recibido.
ResponderEliminarBellísima oración que deseo hacer mía.