A veces te sientes incapaz... De tantas cosas... De sacar adelante proyectos... De resolver un problema... De superar una prueba... De...
A veces paladeas el fracaso... En una relación, en un examen, en un trabajo… y eso te hace dudar. Dudas de tu valía, de tu capacidad, de tu poder. Y te vas sepultando bajo frases de rendición: «es que no puedo»; «si yo no valgo»; «con el talento que tienen otros»; «nunca seré capaz…»
¡Te engañas! Puedes más de lo que piensas. Todos tenemos dentro fuerza (en la debilidad más absoluta). Y capacidades escritas en nuestra entraña. Tenemos talentos que han de dar mucho fruto. Lo importante es no olvidar los motivos, no perder los sueños, no abandonar las metas, y saber hacia dónde caminamos.
Dios, y su evangelio, nos pone un buen paisaje ante los ojos.
Extraído de PastoralSJ (http://www.pastoralsj.org/)