“Para
que algo pueda tomar carácter religioso
ha
de ser simple y poderse repetir”
(Sabio
japonés)
Aprovecho estos días preciosos de verano
para leer “El despuntar del Ser” de K.G.
Dürckheim. En el capítulo VI el autor conversa un un hombre japonés ya
mayor que le dice esta sorprendente frase: “Para que algo pueda tomar carácter
religioso ha de ser simple y poderse repetir”. Dürckheim descubre en
dicha frase que, de ser así, todo puede contener una potencialidad religiosa,
no sólo el respirar y el andar, sino también todo movimiento del trabajo automático
y el ya amplio campo de los conocimientos técnicos.
Me resulta especialmente interesante caer en
la cuenta de que en el trasiego diario que podamos vivir, la rutina pueda
desaparecer para convertirse en oportunidad de transcender. ¿Cómo vivimos
nuestra rutina? Aquello que nos toca
hacer, ¿lo hacemos con gusto y con finura? ¿somos artesanos de lo que nos toca vivir? ¿vamos más allá en aquello que nos toca hacer y vivir? Utilizando otras
palabras, ¿somos contemplativos en la
acción? ¿encontramos sentido en lo que hacemos todos los días?
¿llegamos a amar lo que hacemos?
En esta cultura que nos ha tocado vivir, la rapidez e inmediatez de muchas de las cosas que tenemos que hacer no nos
permite ser felices en aquello que
hacemos, porque la productividad o los resultados más empíricos se imponen. ¿Es
posible amar lo que hacemos? ¿es posible dar relevancia a aquello que
hacemos con cariño? ¿no es, acaso,
una manera de madurar y crecer como persona?
Amar
la vida que se nos regala con sus colores vivos y con sus colores oscuros.
Amar
es crear ese espacio donde se respira
y se sonríe, es crear ese espacio donde se está en paz en el trasiego diario.
Ese espacio
puede ser un encuentro con uno mismo
o con otra persona, un encuentro con
un paisaje o con una disposición interior, incluso, un encuentro con una enfermedad o un evento desagradable.
Amar
necesita tiempo,
un encuentro
necesita tiempo,
respirar
y sonreír necesitan tiempo,
…necesitan su tiempo, un tiempo que
muchas veces no coincide con el tiempo
que nosotros queremos.
¿Estamos dispuestos a amar lo que hacemos, a buscar espacios de ...?
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