ORACIÓN DEL RELOJ
Señor, al
comenzar este nuevo curso
te pido que
me regales un nuevo reloj…
No, no, ni
digital ni a pilas ni a cuerda,
quiero uno
muy especial, quiero tu reloj…
Un
reloj que no marque las horas que me quedan
ni los días
que faltan para el fin de semana…
Un reloj que
marque solo y exclusivamente
segundos,
instantes, oportunidades para hacer el bien.
Un
reloj que se pare cuando alguien entre en apuros,
que se
adelante para ver las necesidades del otro
y que se
atrase para pedir perdón…
¿Un reloj de
pulsera o de pared? No; mucho mejor; de corazón.
Un
reloj en cuyos números aparezcan nombres:
María, Ana,
Carlos, Alejandro, Yolanda,…
Nombres y más
nombres de amigos, de compañeros,
de hermanos
que Tú, Señor, cada día pones en mi camino.
Un
reloj cuyas agujas acaricien, abracen, sirvan,
ayuden,
perdonen, escuchen, compartan…
y en cuya
esfera aparezca tu rostro de Padre
y de amigo y
de compañero de clase, de juegos o de salida.
Un
reloj con un gran despertador
que despierte
mi conciencia y mi indiferencia,
y que me
recuerde levantarme cuando me caiga
y ponerme en
camino cuando me detenga.
Un
reloj con cronómetro incorporado,
no para
estresarme, angustiarme o deprimirme,
sino para
aprovechar a tope cada día que Tú me regalas,
cada segundo
que Tú conviertes en un nuevo reto, en una nueva oportunidad.
Señor,
al comenzar este nuevo curso
me pongo mi
nuevo reloj… ¡Tu reloj!
Bendice cada
una de las horas, minutos y segundos
que voy a
pasar, codo a codo y corazón con corazón, a tu lado.
JM de
PALAZUELO
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