sábado, 16 de octubre de 2010

¿RESPIRAS? ¡pues VIVE!

"La tragedia de esta vida no es que termine tan pronto, sino que tardemos tanto en empezar a vivirla”. Esta acertada cita del filósofo y psicólogo alemán W.M. Lewis es hoy la base de mis reflexiones. Probablemente el hecho de que hace unos días haya cumplido mi medio siglo de vida física y por las mismas fechas mi padre haya apagado 80 velas y mis sobrinos inicien el reto adolescente a sus 13 y 15 años me llevan a pensar en la vida y la muerte. ¡Pero, ni mucho menos, con tintes negativos! Al contrario, con conciencia, alegría y agradecimiento.
No soy de raza gitana y sin embargo en mi entorno familiar y social pensar o hablar del final de la vida es “yuyu”, algo a lo que se le da esquinazo y así es como si no existiera.
Si hay algo seguro en esta incierta vida es que se acaba. Con la primera inhalación traemos de fábrica el último suspiro. Y esto que sabemos pero nos negamos a aceptar es, para mí, la chispa de la vida, su motor.
Con independencia de las creencias espirituales y religiosas o la incredulidad de cada cuál, en mi opinión, ante el regalo de la vida, de este tiempo que pasamos en nuestro bello planeta, la opción inteligente y agradecida es ¡vivir! Y es, precisamente,  lo que no hacemos. Por mucho que en el S. XXI el avance técnico, científico y social sea enorme, en comparación con épocas anteriores, en este tema nuestra actitud sigue siendo la del tiempo de los mamuts: sobrevivir y recorrer nuestro camino dando bandazos.
Seguimos siendo “ciegos y sordos” a todos los mensajes e información que nos siguen repitiendo los grandes “vividores” del mundo. Y a pesar de que tenemos todos los medios al alcance de la mano para conocerlos, preferimos seguir en la inopia, cuando no despreciarlos, y estar muertos en vida, zombis, desperdiciando nuestro tiempo lamentando el pasado, que no existe más que en nuestra mente, o, mas irracional aún, pretendiendo revivirlo, y fantaseando con un futuro inexistente. ¿Y este preciso momento, ahora, hoy, el presente, el regalo de la vida?
Este momento es el único tiempo que tenemos. Es indiferente que la partida de nacimiento nos fije que llevamos 50, 80 o 3 años en este mundo. Todos, sin excepción, solo tenemos este momento, ¡ahora! Por eso siempre estamos a tiempo, aún es posible ¡vivir! plenamente, deliberadamente. Es la libertad de que disponemos: la de elegir que pensar, que creer, que sentir, de que hablar, con quién relacionarnos, que hacer, que dejar… en este momento.
Me pregunto: si no existieran los calendarios, ¿qué edad tendríamos? Yo tengo la edad de mis ilusiones, de mi entusiasmo, de mis ganas de reír, disfrutar y divertirme, de mi capacidad intelectual, de expresar cariño y recibirlo, de echar una mano a otros, de ser productiva, de abrir mi mente y aceptar y afrontar los retos y  cambios…cada momento, cada día.
La juventud, la madurez, la vejez están en la mente y sus efectos en el cuerpo. “Así como piensa el hombre es su vida”. La nueva biología y la neurociencia nos lo demuestran. La calidad de nuestra vida está en nuestros pensamientos y actitud y no en los números de nuestra edad. Y tanto si lo crees, como si no, tienes toda la razón.
Por mi parte, yo elijo: ¿respiro?, pues ¡vivo! Y doy gracias.
Ana Novo
Autora de “Elige tu vida, ¡ahora!”

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