domingo, 9 de junio de 2024

EXPERTO UNIVERSITARIO EN EDUCACIÓN DE LA INTERIORIDAD 2024-2025


Un año más, desde el Campus Universitario La Salle, Madrid, ofrecemos este servicio pensado para los y las educadores/as. Se trata de la NOVENA edición del Experto Universitario de Educación de la Interioridad para Centros Educativos.

Nuestro Posgrado se ha enriquecido a lo largo de los años gracias a cada uno de los grupos de educadores/as que ha transitado este proceso formativo que aúna la experiencia personal y la reflexión pedagógica.



Adentrarse en la propia interioridad es la condición indispensable para poder acompañar en el aula aquello que denominamos Educación de la Interioridad (EI). Nuestra propuesta formativa favorece que cada educador/a viva una experiencia en primera persona, descubra caminos nuevos o asiente los ya conocidos para el cultivo de su propia dimensión interior. Tras la experiencia personal, el diálogo y la iluminación didáctica van haciendo que cada profesor/a se haga con un conjunto de aprendizajes vitales y pedagógicos que le capaciten para comprender mejor y aplicar convenientemente las estrategias de este modelo de EI.

Trabajamos en torno a tres contenidos: el trabajo corporal, la integración emocional y la apertura a al trascendencia/Trascendencia, siendo este último contenido el horizonte hacia el que se encamina todo el proceso. Queremos acompañar al alumno, pero también al claustro educativo en la búsqueda de respuesta a esas dos preguntas clave para todo ser humano: "quién soy" (identidad) y "para qué/por qué soy" (sentido).



DESARROLLO DEL POSGRADO: Nuestro Posgrado comienza en el mes de octubre y concluye en el mes de junio. El proceso se desarrolla con talleres presenciales en Madrid que comienzan el viernes por la mañana y concluyen el sábado a mediodía e itinerarios virtuales de una semana de duración que concluyen con una conexión en directo con el profesor/a. 

Durante el proceso formativo, el alumno del Posgrado va elaborando su portfolio personal para recopilar sus aprendizajes y reflexiones de modo que con todo ello elabore el Trabajo Final de Posgrado que pretende ser una propuesta concreta de EI para su centro educativo. Así, cada profesor/a que termina el Posgrado, puede presentar en su centro una propuesta bien elaborada y supervisada que ayude a crear o a mejorar el programa de EI de su institución educativa.

¡ANÍMATE A VIVIR ESTA EXPERIENCIA FORMATIVA Y SER UN/A "CAMIRANTE" Y PIONERO/A DE NUESTRO MUNDO INÉDITO!

TE ESPERAMOS


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viernes, 7 de junio de 2024

ANHELO y DESEO

 "Jesús les dijo:

Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre;

y el que en mí cree, no tendrá sed jamás." (Jn.6,35)

La vida humana está marcada por una serie de búsquedas y aspiraciones que reflejan tanto nuestros deseos como nuestros anhelos. Estas dos fuerzas guían nuestros pasos y modelan nuestras experiencias de felicidad y de propósito vital.

Los deseos son impulsos naturales que nos motivan a actuar y a alcanzar metas tangibles. Buscamos satisfacer necesidades básicas como la comida, el refugio y la seguridad, así como ambiciones más complejas como el éxito profesional, el reconocimiento social y el bienestar material. Estos deseos, cuando se cumplen, nos proporcionan una sensación de logro y placer. Sin embargo, esta felicidad es a menudo temporal, ya que un nuevo deseo pronto emerge, manteniéndonos en un ciclo continuo de búsqueda y satisfacción.

En contraste, el anhelo representa una búsqueda más profunda y honda que va más allá de las necesidades inmediatas. Es un impulso interno que nos dirige hacia la trascendencia, hacia las preguntas existenciales sobre el propósito de la vida, el significado de nuestra existencia y nuestra conexión con algo más grande que nosotros mismos. Este anhelo se manifiesta en la búsqueda de la verdad, la belleza, la bondad y, en última instancia, de lo divino. Según el texto que a continuación cito, el anhelo de Dios es una fuerza innata que nos recuerda que nuestro hogar definitivo no está en este mundo material, sino en una realidad espiritual más elevada.

En el fondo del alma de cada ser humano late un anhelo de Dios. Es el saber innato de que nuestra patria no está en esta tierra, sino en Dios. En Él está nuestro hogar.

Este anhelo no es un deseo. El deseo quiere poseer, satisfacer exigencias y alcanzar metas que pertenecen a nuestro mundo limitado. Deseo un trozo de pan o deseo que haga buen tiempo, deseo hacerme rico o tener éxito en esta discusión. El deseo se relaciona con algo que quiero tener. Sirve al yo. Puedo desear algo apasionadamente y, si lo alcanzo, el deseo cesa.

El anhelo es cualitativamente distinto. Su fuente se encuentra en lo más profundo. Tiene su origen en el fondo del alma y se dirige siempre a nuestra patria definitiva, a la vida eterna, a Dios. El anhelo busca regalarse y entregarse a Dios. San Agustín expresa bellamente esta verdad: “Nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”.

La búsqueda de la vida eterna depende de este anhelo. En la mayoría de los casos, el anhelo se despierta mucho tiempo después que nuestros deseos. El anhelo nos da fuerzas para el camino espiritual y no cesa hasta que está totalmente en Dios.

El anhelo se desarrolla en cada ser humano de manera diferente […]

Cuando la Sagrada Escritura habla de la vida eterna, del Reino de los Cielos o del Mesías, cuando dice algo sobre la muerte y la resurrección, cuando comunica algo sobre Cristo, el Padre o el Espíritu, está hablando de nuestros anhelos.

Este anhelo es una brújula que nos orienta hacia Dios y nos asegura que Dios nos llama y nos espera. El tramo del camino espiritual en el que el hombre se encuentra y aquel hacia el que puede ser conducido depende de la intensidad con que este anhelo de Dios se haya despertado en el hombre y de su capacidad de entrega al mismo.

[…] Todo acompañante espiritual tiene que desarrollar un sexto sentido para captar el anhelo de aquellos a quienes acompaña. En efecto, el anhelo determina dónde y cómo se les puede acoger. El anhelo es la antena para la vida eterna.

(Franz Jalics, “Jesús, maestro de meditación”. PPC, 2014)

Así, teniendo en cuenta el texto citado se puede decir lo siguiente sobre el anhelo y el deseo:

ANHELO

DESEO

Origen profundo: Surge de lo más profundo del alma, no es algo superficial o pasajero.

Naturaleza espiritual: Se relaciona con aspectos espirituales y trascendentales, como el deseo de unión con lo divino o la búsqueda de un propósito mayor.

Inquietud constante: Es un sentimiento persistente que no se apaga con la satisfacción de deseos materiales. San Agustín lo describe como una inquietud del corazón que solo se calma en Dios.

Trascendencia: Se dirige hacia la eternidad y lo que está más allá de nuestra existencia terrenal, buscando un sentido y un hogar en lo eterno.

Regalo y entrega: Implica un deseo de entregarse, de donar el ser a algo más grande y significativo que uno mismo.

Origen superficial: Generalmente nace de necesidades o impulsos inmediatos, que pueden ser físicos, emocionales o materiales.

Naturaleza material: Está ligado a la satisfacción de necesidades tangibles y concretas, como la comida, el éxito, o las condiciones ambientales.

Satisfacción temporal: Una vez que se alcanza el objeto del deseo, este se disipa, y puede ser reemplazado por nuevos deseos.

Individualidad: Sirve principalmente al yo, centrándose en lo que uno quiere tener o alcanzar para sí mismo.

Pasión efímera: Aunque puede ser intenso, el deseo es pasajero y cambia con el tiempo y las circunstancias.

En resumen, mientras el deseo busca satisfacer necesidades y ambiciones terrenales y temporales, el anhelo busca una realización profunda y eterna en la conexión con lo divino.

La vida plena puede reconocer y equilibrar ambas dimensiones: satisfacer nuestros deseos materiales de manera saludable mientras cultivamos y respondemos a nuestros anhelos más profundos. Ignorar nuestros deseos puede llevar a la insatisfacción y la falta de motivación, mientras que descuidar nuestros anhelos puede resultarnos en una vida vacía y carente de propósito.

El desafío está en aprender a discernir y priorizar. La sabiduría reside en entender que los deseos pueden proporcionar felicidad momentánea, pero no deben ser el único motor de nuestra vida. Al mismo tiempo, debemos nutrir nuestros anhelos, buscando un propósito más elevado y una conexión espiritual que pueda darnos una paz y felicidad duraderas.

En la travesía de la vida, nos movemos entre satisfacer deseos y responder a anhelos. Al buscar un equilibrio entre lo material y lo espiritual, podemos encontrar una forma de vida que no solo nos proporciona satisfacción temporal, sino también una profunda y duradera sensación de propósito vital y plenitud. Reconociendo y honrando ambos aspectos, nos abrimos a una experiencia más rica y completa de lo que significa ser humano.

Comenzábamos esta reflexión con la siguiente cita: "Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás." (Jn.6,35)

Esta cita muestra cómo Jesús satisface el anhelo espiritual más profundo de las personas, para el que cristiano este anhelo llega a su cumplimiento en la relación personal con Jesús.

Para terminar, sólo invitaré al lector a participar de los EJERCICIOS ESPIRITUALES del 5 al 10 de agosto en la Casa de espiritualidad Ain Karim, Haro, La Rioja. Momento para conectar con el Dios Padre que nos habita.


(Haz clic en la foto)



domingo, 6 de agosto de 2023

EXPERTO EN EDUCACIÓN DE LA INTERIORIDAD 2023-2024

¡El verdadero aprendizaje ocurre cuando tú te conviertes en el experto!

(Pincha sobre la imagen)


Esta que te presentamos, es la novena edición del Experto Universitario. Hemos aprendido mucho en estos años. Cada grupo de alumnos nos ha aportado algo que nos ha ayudado a mejorar más y más la propuesta. Este año nuestro modelo evoluciona porque no podía ser de otra forma. Respondemos a la realidad apostando por un modelo que conjuga los itinerarios formativos online con las sesiones presenciales o talleres en el Campus La Salle de Madrid.




Entender y practicar la Educación de la Interioridad como un paradigma pedagógico es la propuesta concreta de este camino formativo que os ofrecemos. 

La densidad del momento que como humanidad hemos vivido y seguimos viviendo derivada de la pandemia, nos ha hecho terminar de abrir los ojos al hecho de que, en el aula los alumnos, y toda la comunidad educativa, necesitamos reconectar con las fuentes internas de fuerza y sentido creando en el día a día escolar un ritmo y unas propuestas que nos nutran internamente y nos permitan transitar este momento en el que la incertidumbre ha dejado de ser un concepto más o menos difuso, para pasar a ser una experiencia que nos atraviesa como individuos y sociedad.

El modelo de Educación de la Interioridad que impartimos, entiende ésta como “aprender a ser cuidando el ser”. Nos situamos dentro de las competencias básicas, de los aprendizajes competenciales que favorezcan que los alumnos, tras sus años de escolarización, puedan seguir construyendo su vida desde cimientos recios, siendo capaces de “mirar más allá” porque saben ir “más adentro”.



domingo, 23 de abril de 2023

CAMINO DE EMAÚS

 Creí mi hogar apagado, revolví las cenizas...

me quemé la mano (Antonio Machado)


 El relato evangélico del camino de Emaús que encontramos en el Evangelio de Lucas (Lc.24,13-35) narra, de forma preciosa y sugerente, la experiencia del resucitado de dos discípulos que se dirigen hacia Emaús, cabizbajos y desanimados. Mientras se alejan de Jerusalén lloran, en su corazón, la pérdida de su maestro, lloran la pérdida de su grupo de amigos, lloran la pérdida de un proyecto común, lloran…

 De camino a Emaús, un extraño se une a ellos y comienzan a hablar sobre los acontecimientos recientes en Jerusalén, incluyendo la muerte de Jesús. Haciendo camino, el extraño les explica las Escrituras y les muestra cómo la palabra de Dios Padre se cumple en Jesús. Ya de noche, hacen un alto en el camino, los dos de Emaús invitan al extraño a comer con ellos y, al partir el pan, los ojos de los discípulos se abren y reconocen en el extraño a Jesús resucitado.

 En un mundo donde la soledad y el aislamiento pueden ser problemas cada vez más reales, el relato de Emaús nos muestra la importancia de la comunidad y la comunión con los demás en el día a día. Los discípulos se apoyan mutuamente en su tristeza y confusión, y su fe se fortalece cuando comparten su experiencia y perciben en su corazón a Jesús resucitado. Después de reconocer a Jesús, los dos de Emaús “levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén; encontraron reunidos a los Once con sus compañeros. Ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan”.

 En mundo donde sólo creo lo que veo, el relato del camino de Emaús nos recuerda que la presencia de Jesús está siempre con nosotros, aunque a veces no lo reconozcamos. Los dos de Emaús caminaron con Jesús durante todo el camino sin reconocerlo, pero cuando abrieron sus ojos y su corazón, finalmente pudieron reconocerlo (¿No estábamos en ascuas mientras nos hablaba por el camino…?) Esto nos ha de hacer conscientes que la presencia de Dios está siempre a nuestro alrededor. Y que necesitamos estar atentos y abiertos para poder reconocerlo, sobre todo en el prójimo, reflejo vivo de Jesús resucitado.

 El relato enfatiza la importancia de la Escritura y la enseñanza. Jesús, “Tomando pie de Moisés y los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura”. El extraño explica las Escrituras a los discípulos y les muestra cómo se cumplen en Él. Esto nos recuerda que la lectura continuada de la Biblia, sobre todo de los evangelios, son esenciales para profundizar en nuestra comprensión de la vida de fe y nuestra relación con Dios. Escribamos nosotros también nuestro relato bíblico, escribamos nosotros también nuestra experiencia de Dios y hagámosla vida en el camino que nos toque andar.

 La historia del camino de Emaús es, pues, un recordatorio poderoso de la importancia de la comunidad de fe, de la apertura a la presencia de Dios en nuestras vidas a través de la relación con el otro y de la enseñanza que habita los textos sagrados que nos ayuda a madurar nuestra fe. ¡JESÚS VIVE EN NUESTROS CORAZONES, ALELUYA, ALELUYA!



miércoles, 8 de junio de 2022

EXPERTO EN EDUCACIÓN DE LA INTERIORIDAD 2022-2023

 ¡El verdadero aprendizaje ocurre cuando tú te conviertes en el experto!

(Pincha sobre la imagen)


Esta que te presentamos, es la octava edición del Experto Universitario. Hemos aprendido mucho en estos años. Cada grupo de alumnos nos ha aportado algo que nos ha ayudado a mejorar más y más la propuesta. Este año nuestro modelo evoluciona porque no podía ser de otra forma. Respondemos a la realidad apostando por un modelo que conjuga los itinerarios formativos online con las sesiones presenciales o talleres en el Campus La Salle de Madrid.




miércoles, 20 de abril de 2022

PASCUA ONLINE: ¡VE MÁS ALLÁ!

    El 8 de abril nos llega a través de las redes sociales una invitación humilde para celebrar el Triduo Pascual: “Para quienes este año no podáis compartir el Triduo Pascual con un grupo, con una comunidad o no podáis acudir a una Pascua organizada o simplemente os apetezca participar de esta propuesta: Os esperamos, Rosa Ruiz Aragoneses y Elena Andrés Suárez el Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo y el Domingo de Resurrección. Haremos una conexión virtual de una hora y cuarto cada día para rezar y compartir nuestra FE”.

   Una nueva experiencia que se antojaba sencilla, pero que a la vista de los cuatro días vividos se ha tornado vivencia de la FE de una Comunidad de creyentes que va más allá de lo esperado, como suele ocurrir cuando Jesús aparece por nuestras vidas. Pudimos compartir esta Pascua, con una sintonía pascual, unas cuarenta personas de México, Chile, Argentina, Israel, Portugal y muchos lugares de España. Yo mismo al final de los cuatro días compartidos escribía así: “GRACIAS por tanta LUZ que hemos podido vivir estos días. He-mos ILUMINADO con la LUZ de Jesús muchos rincones del mundo y ÉL ha estado con nosotros. GRACIAS a todos de corazón”.

   Con las palabras iluminadoras de Rosa Ruíz Aragoneses, la oración-meditación guiada de Elena Andrés Suárez y el compartir de esta humilde Comunidad pudimos celebrar el Triduo desde y con el corazón.

    Comparto de cada día algo (un apunte) de lo que tocó mi corazón durante estos días: 

JUEVES SANTO: despídete, ve más allá

   “Si alguien puede mantener la alegría cuando se acerca algo objetivamente doloroso o conflictivo es porque alcanza a ver algo que los demás no vemos” (Rosa Ruíz Aragoneses)

   Jesús se prepara para lo que ha de venir, despidiéndose de sus amigos y su familia en lo que llamamos la “Ultima Cena”. Sigamos buscando la GANANCIA en la aparente PÉRDIDA. Sigamos VIVIENDO, sigamos ARRIESGANDO, sigamos CONFIANDO... ¡VE MÁS ALLÁ!

VIERNES SANTO: asume el dolor y la fragilidad, ve más allá

   Aprender a encontrarnos con nuestra fragilidad, aprender a encontrarnos con nuestras grietas, incluso aprender a encontrarnos con el mal. Ahí también está Dios, en nuestra experiencia y vivencia humana del mal. Encontrémonos con esas experiencias de enfermedad, pérdida, soledad no elegida, humillación, burla, marginación... eligiendo siempre el BIEN en la medida de nuestras posibilidades, tal y como como lo hizo Jesús… ¡VE MÁS ALLÁ!

SÁBADO SANTO: asume el vacío y la espera, ve más allá

"Dios no vino a suprimir el sufrimiento. No vino si quiera a dar una explicación. Dios vino a llenarlo con su presencia" (Paul Claudel)

Hoy es día para “permanecer en silencio”, es día para “ACOMPAÑAR” el cuerpo inerte de Jesús. Llenemos este VACÍO con nuestra presencia. La presencia de muchos en el dolor es ESPERANZA.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN: Era verdad…

El domingo de resurrección, con un brindis por la Vida, nos despedimos emocionados y sintiéndonos comunidad del Corazón.

GRACIAS Rosa Ruiz Aragoneses y Elena Andrés Suárez. Cada uno de los días del Triduo realmente nos han llevado más allá.

GRACIAS a todos y todas las que habéis creado un ambiente cálido, profundo... con vuestra forma de escuchar, de orar, de compartir, de…

Presencias y voces desde México, Chile, Argentina, Guatemala, Israel, Portugal y muchos puntos de España.

Una cuarentena de desconocidos que, ahora, ya por siempre, nos sentimos y sabemos compañeros en el camino.

ERA VERDAD: DIOS NOS REMECE A POCO QUE CONFÍAMOS EN SU AMOR.

ERA VERDAD: LA ÚLTIMA PALABRA LA TIENEN LA TERNURA, EL ABRAZO, LA CERCANÍA.

ERA VERDAD: SOMOS HIJOS E HIJAS MUY QUERIDOS.

ERA VERDAD… Has resucitado, Jesús Amigo. Jesús Maestro. Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Tan cercano, tan humano, tan divino. Has resucitado. ¿Qué sería de nosotros sin ti? ¿Qué sería la Iglesia sin tu Espíritu? ¿Qué sería mi vida sin tu presencia?

ERA VERDAD… ENVÍAME. ENVÍANOS. QUE HAY MUCHA MUERTE Y MUCHA DESESPERANZA Y SOLEDAD POR AHÍ FUERA.   ERA VERDAD…



sábado, 4 de diciembre de 2021

“Anda, tú fe te ha curado” (Mc.10,52)

 En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo (el hijo de Timeo) estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna.

El punto de partida es una de las tantas miserias que afligen a los hombres: se trata de un hombre ciego. Conocemos su nombre, Bartimeo, y la localidad donde vive, Jericó. Su condición le obliga a adoptar una actitud pasiva: permanecer sentado y vivir al margen: «Estaba sentado junto al camino» (v. 46)

Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:

- «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí».

El paso de Jesús le da bríos y vitalidad a este hombre, que grita: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!»

Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más:

- «Hijo de David, ten compasión de mí».

El que habla es un ciego, ciertamente la persona menos indicada para formular afirmaciones teológicas comprometedoras. Mejor hacerle callar y garantizar la tranquilidad. Pero no hay nada que hacer. El ciego grita más fuerte y eleva su jaculatoria hasta hacerse oír por Jesús.

Jesús se detuvo y dijo:

- «Llamadlo».

Llamaron al ciego, diciéndole:

- «Ánimo, levántate, que te llama».

Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.

Jesús no es sordo -ni de oídos ni de corazón- y manda que llamen al ciego. Tal vez los mismos que querían hacerle callar se ven obligados a llevarlo ante Jesús. Las palabras con que le llaman son ya todo un programa: «Ánimo, levántate, que te llama» (v. 49)

Bartimeo recibe la oferta con entusiasmo. Ya no le importa lo que posee, el manto, y lo abandona para acercarse a Jesús. Esta acción puede tener un gran significado: es preciso desembarazarse de todo para ir a Jesús. Lo importante es el encuentro con Jesús; el resto cuenta poco o nada...

Jesús le dijo:

- «¿Qué quieres que haga por ti?».

El ciego le contestó:

- «Maestro, que pueda ver».

Jesús le dijo:

- «Anda, tu fe te ha curado».

Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Ése es el sentido de la pregunta de Jesús, que no quiere poner al ciego en una situación embarazosa. Jesús, de un modo delicado, pone a la persona en una situación cómoda, de forma que pueda responder... La fe de Bartimeo, en este caso su testaruda constancia, ha producido el milagro. Ahora es un hombre transformado: está de pie, es capaz de andar y eso mismo le da la capacidad de ver de otra manera (desde otra perspectiva). La transformación completa llega con la nota final: Bartimeo se pone en pie y sigue a Jesús (y mira con la mirada de Jesús). Deja de ser el ciego sentado al margen del camino y se convierte en caminante que sigue a Jesús.