domingo, 7 de noviembre de 2010

Practicar la ESPERANZA

La esperanza es aquella emoción que nos conecta directamente con el futuro en tanto que hace referencia a un bien que se desea y está por llegar pero del que no se tiene certeza. El futuro siempre tiene carácter imprevisible e incierto de ahí la importancia de aprender a conectarnos emocionalmente con el aquí y el ahora. Esta actitud es esencial no sólo para adquirir bienestar emocional sino también para centrarnos en la realidad en lugar de en hipótesis futuras que caen fuera del dominio de nuestra voluntad. La paciencia es aquella virtud que fortalece a la esperanza mediante la confianza en el mañana. Una confianza que sólo puede construirse a partir de una autoestima sana propia de aquel que se quiere a sí mismo y se considera merecedor de amor y respeto.  Tanto la esperanza como la paciencia son dos ingredientes fundamentales en cualquier situación de dificultad en la que el hombre se vuelve especialmente vulnerable puesto que todos buscamos de forma instintiva la alegría y el placer y evitamos el dolor y la tristeza que nos recuerdan nuestra propia fragilidad y nuestra propia finitud de seres mortales y corruptibles.
La desesperación es la emoción contraria a la esperanza. Una emoción que también conecta al hombre con el futuro, sin embargo, lo hace desde un punto de vista negativo. Mientras que la esperanza reporta energía, la desesperación produce agotamiento mental además de que se observa la realidad desde el prisma de la negatividad. El caso más extremo de desesperación se muestra en el suicidio.
Aprender a practicar la esperanza es un ejercicio propio de una actitud que requiere optimismo, pensamiento positivo y sentido del humor. El arte de vivir desde la autenticidad reside en tu interior ya que dentro de ti mismo tienes todo aquello que necesitas para ser feliz. En muchas ocasiones se confunde la felicidad con el placer o con el tener, sin embargo, lo realmente importante es quién eres ya que tu identidad permanece inquebrantable siempre y bajo cualquier circunstancia.
Para poder potenciar la esperanza en tu vida es fundamental aprender a entretejer lazos interpersonales fuertes y sólidos con los demás no sólo dentro del seno familiar sino también en la amistad. Somos seres sociales por naturaleza como muestra el hecho evidente de que toda alegría aumenta cuando se comparte entre varias personas mientras que toda tristeza disminuye mediante el consuelo y la compañía de los seres queridos. El amor es el alimento emocional que necesitas para nutrir tu alma de esperanza ante la vida. Necesitamos el reconocimiento del prójimo: de hecho, la indiferencia es uno de los peores castigos.  
La sociedad individualista sólo fomenta la soledad, el aislamiento y el egoísmo. Sin embargo, la sociedad del bien común descrita por los grandes filósofos clásicos favorece la construcción de una sociedad realmente humana en la que lo verdaderamente importante es la felicidad de las personas mediante la ayuda mutua, el compañerismo, la generosidad y la práctica de la virtud.

Maite Nicuesa Guelbenzu

miércoles, 27 de octubre de 2010

Camino de Sencillez

Señor, conviérteme en tu canal de paz
para que
donde haya odio, pueda llevar amor;
donde haya mal, pueda llevar el espíritu de perdón;
donde haya discordia, pueda llevar la armonía;
donde haya error, pueda llevar la verdad;
donde haya duda, pueda llevar la fe;
donde haya desesperación, pueda llevar la esperanza;
donde haya sombras, pueda llevar la luz;
donde haya tristeza, pueda llevar la alegría.
Señor, permite que desee dar consuelo
más que recibirlo,
entender que ser entendido,
amar que ser amado.
Porque olvidándose de sí mismo
es como uno se encuentra;
es perdonando como uno es perdonado;
es muriendo como uno despierta a la vida eterna.

                                    (Teresa de Calcuta)

Oración de la PAZ

Señor, haznos instrumentos de tu paz.
Donde haya odio, sembremos amor;
donde haya ofensa, perdón;
donde haya discordia, unión;
donde haya duda, fe;
donde haya desesperación, esperanza;
donde haya tinieblas, luz;
donde haya tristeza, gozo.
Concede que no busquemos ser consolados,
sino consolar;
ser comprendidos, sino comprender;
ser amados, sino amar.
Porque dando, es como recibimos;
perdonando, es como somos perdonados;
y muriendo, es como nacemos a la vida eterna.

                               (San Francisco de Asís)

domingo, 17 de octubre de 2010

NI AYER NI MAÑANA

En cada semana existen dos días por los cuales no tendríamos que preocuparnos jamás. Dos días que tendrían que estar libres de temores y pesares.
Uno de ellos es el ayer, con sus errores e inquietudes, sus yerros, sus males y sus penas. Ayer se escapó de nuestras manos y ya se ha ido para siempre. Aunque se posea todo el oro del mundo no sería posible revivir el día de ayer. Por lo tanto, no podemos borrar ni uno solo acto de nuestro actos, ni quitar una sola de las palabras que hemos pronunciado en el ayer. Ayer no está ni estará nunca más.
El mañana es otro día por el cual no tendríamos que preocuparnos, aún con sus posibles adversidades, sus bellas promesas y la inquietud de sus realizaciones. Mañana está también fuera de nuestro alcance. Mañana el sol se levantará con todo su esplendor o con una pantalla de nubes, pero hasta ese instante no tenemos poder sobre mañana porque aún está por llegar.
Nos queda un solo día: el hoy.
Todas las personas pueden librar un combate de un solo día. Y ganarlo. Solamente cuando agregamos el peso de esas dos eternidades terribles que son el ayer y el mañana, es que estamos vencidos.
No son las pruebas del día las que preocupan al hombre, es lo que no se pudo resolver ayer y las dudas acerca de lo que nos pueda traer el mañana.
Vivamos, pues, un día a la vez y disfrutemos más de él.

(por Teresa Aseguín)

sábado, 16 de octubre de 2010

QUEDA PROHIBIDO...

¿RESPIRAS? ¡pues VIVE!

"La tragedia de esta vida no es que termine tan pronto, sino que tardemos tanto en empezar a vivirla”. Esta acertada cita del filósofo y psicólogo alemán W.M. Lewis es hoy la base de mis reflexiones. Probablemente el hecho de que hace unos días haya cumplido mi medio siglo de vida física y por las mismas fechas mi padre haya apagado 80 velas y mis sobrinos inicien el reto adolescente a sus 13 y 15 años me llevan a pensar en la vida y la muerte. ¡Pero, ni mucho menos, con tintes negativos! Al contrario, con conciencia, alegría y agradecimiento.
No soy de raza gitana y sin embargo en mi entorno familiar y social pensar o hablar del final de la vida es “yuyu”, algo a lo que se le da esquinazo y así es como si no existiera.
Si hay algo seguro en esta incierta vida es que se acaba. Con la primera inhalación traemos de fábrica el último suspiro. Y esto que sabemos pero nos negamos a aceptar es, para mí, la chispa de la vida, su motor.
Con independencia de las creencias espirituales y religiosas o la incredulidad de cada cuál, en mi opinión, ante el regalo de la vida, de este tiempo que pasamos en nuestro bello planeta, la opción inteligente y agradecida es ¡vivir! Y es, precisamente,  lo que no hacemos. Por mucho que en el S. XXI el avance técnico, científico y social sea enorme, en comparación con épocas anteriores, en este tema nuestra actitud sigue siendo la del tiempo de los mamuts: sobrevivir y recorrer nuestro camino dando bandazos.
Seguimos siendo “ciegos y sordos” a todos los mensajes e información que nos siguen repitiendo los grandes “vividores” del mundo. Y a pesar de que tenemos todos los medios al alcance de la mano para conocerlos, preferimos seguir en la inopia, cuando no despreciarlos, y estar muertos en vida, zombis, desperdiciando nuestro tiempo lamentando el pasado, que no existe más que en nuestra mente, o, mas irracional aún, pretendiendo revivirlo, y fantaseando con un futuro inexistente. ¿Y este preciso momento, ahora, hoy, el presente, el regalo de la vida?
Este momento es el único tiempo que tenemos. Es indiferente que la partida de nacimiento nos fije que llevamos 50, 80 o 3 años en este mundo. Todos, sin excepción, solo tenemos este momento, ¡ahora! Por eso siempre estamos a tiempo, aún es posible ¡vivir! plenamente, deliberadamente. Es la libertad de que disponemos: la de elegir que pensar, que creer, que sentir, de que hablar, con quién relacionarnos, que hacer, que dejar… en este momento.
Me pregunto: si no existieran los calendarios, ¿qué edad tendríamos? Yo tengo la edad de mis ilusiones, de mi entusiasmo, de mis ganas de reír, disfrutar y divertirme, de mi capacidad intelectual, de expresar cariño y recibirlo, de echar una mano a otros, de ser productiva, de abrir mi mente y aceptar y afrontar los retos y  cambios…cada momento, cada día.
La juventud, la madurez, la vejez están en la mente y sus efectos en el cuerpo. “Así como piensa el hombre es su vida”. La nueva biología y la neurociencia nos lo demuestran. La calidad de nuestra vida está en nuestros pensamientos y actitud y no en los números de nuestra edad. Y tanto si lo crees, como si no, tienes toda la razón.
Por mi parte, yo elijo: ¿respiro?, pues ¡vivo! Y doy gracias.
Ana Novo
Autora de “Elige tu vida, ¡ahora!”

PENSAMIENTOS para reflexionar

martes, 12 de octubre de 2010

Ejercicio de SOLEDAD

Cuánto hemos leído sobre la soledad, es una palabra por la mayoría temida y amada por algunos. Yo os voy a proponer hoy hacer un ejercicio de soledad, y luego si os apetece podéis enviarnos su resultado. Hay varios modos de hacerlo, uno light que consiste en hacer cosas solos, ir al cine, a comer a un restaurante, pasear, hacer un viaje. Otro aún mejor es ir a alguna casita un par de días sin teléfono, sin distracciones, tan solo un libro, mejor de autoayuda, pasear bajo la lluvia, sin críticas, sin juicios, sólo admirando el paisaje. 

El silencio es necesario para nuestra vida, y para nuestro cerebro, tan estimulado, es un bálsamo. Hace unos días me comentaba una chica a la que se lo propuse que ella no podía dejar a su pareja sola en este periplo solitario y entonces se fueron los dos un fin de semana a los Picos de Europa, haciendo un voto de silencio, durante el día cada uno se iba solo a meditar, pasear, al mediodía y a la cena cada uno hacia su comida, aunque luego la compartían, pero comiendo separados, dormían en habitaciones distintas y el domingo volvieron en coche en silencio.

Curiosamente la noche del regreso la pasaron hablando, contando cosas que habían pensado, cuántas veces quisieron interrumpir el silencio, y la sensación de seguridad en la propia compañía que habían experimentando, la relajación que la mente traía, la fuerza que habían ganado.

Saborear la soledad, estar en casa en silencio absoluto, muchos dirán que son incapaces que se les cae el mundo encima, he ahí la prueba de poco amor a sí mismo y desconfianza al propio cuidado, oblígate al silencio varios días: no tv, no radio, no música, NADA, sólo el sonido del silencio, haz mucha meditación, relajación, lecturas valiosas, escucha sólo a tu mente, la pobre, siempre tan atiborrada de información, a los dos o tres días de hacerlo habrá desaparecido el miedo, todos los miedos, pues te habrás sometido a una situación límite, ten presente que eres muy valiente, y que eres capaz de estar contigo y sobrevivir a esos miedos, a esos terrores, si acaso tómate estos días Arsenicum Album 30 ch, cinco bajo la lengua o Mimulus y Aspen de flor es de Bach para que los miedos se venzan más fácilmente.

Pero no escapes de ellos, cuando el miedo aparezca, esta vez no huyas, vívelo, apunta lo que sientes, lo mal que te sientes, y a continuación anota como te gustaría estar, si tienes mucho miedo, golpea cojines, la ira es incompatible con el miedo, así que haz un ejercicio de golpear cojines gritándoles todo lo que te ha hecho daño en tu vida y enfádate con quién te lo hizo, al terminar agotada, haz un ejercicio de perdón: Me libero del daño, perdono a todos los que me hicieron daño, a todos, desde Pepito cuando…a María cuando….y a todas las personas que me hicieron daño y no me acuerdo, les perdono, y me perdono a mí misma, por todo el daño que me hice y opto por el poder del amor, prometo sonreír a todo el mundo, a ofrecer lo mejor de mí, soy capaz de estar sola feliz, y soy capaz de estar acompañada y feliz.

Este ejercicio te hará perder vulnerabilidad, y si lo haces a menudo, y aprendes a ser feliz, sola, darte un buen baño, escuchar música, cantar….no temerás la soledad, y así podrás escoger el compañero/a perfecto/a, pues no tendrás dependencia, ni miedo al abandono, buscarás un complemento y no alguien de quien depender, y si tienes pareja, te hará descubrir cómo arreglar lo que ya os falla, lo que deseas y no tienes, y lo que tu pareja desea y no le das, puede ser un maravilloso ejercicio para la reconciliación, pero sobre todo será una eficaz medicina para tu alma.

LA VIDA ES...

La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es beatitud, saboréala.
La vida es sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózala.
La vida es un misterio, devélalo.
La vida es promesa, cúmplela.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es un combate, acéptalo.
La vida es una tragedia, domínala.
La vida es una aventura, arróstrala.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es la VIDA, defiéndela.

Madre Teresa de Calcuta

jueves, 7 de octubre de 2010

MOVING

Yo soy Yo
Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú
Yo soy Yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
Será maravilloso
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a Mí mismo
Cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
Cuando intento que seas como yo quiero
En vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.
( Fritz Perls )

DECÁLOGO DE LA VIDA

  1.- REGALAR una sonrisa cada día. Con ella te sentirás feliz tú y quien la reciba.
 
2.- SOÑAR Y VOLAR. Aunque nuestros pies toquen la Tierra.
 
3.- LLORAR cuando una nostalgia o tristeza, te lo pida. Una lágrima no es debilidad, ayuda a recuperar una sonrisa.
 
4.- PERDONAR tus propios tropiezos y de los demás. Lo Importante es darte y dar la posibilidad de pararse y volver a caminar.
 
5.- INTENTAR todo lo que sientas latir en tu corazón y en tu alma. Confiando que te hará feliz. 

6.- VALORAR los pequeños como los grandes regalos que te dé la vida. Juntos llenarán tu corazón de felicidad.  

7.- GUARDAR cada enseñanza recibida, cada afecto compartido. Como tesoro que por siempre te harán sentir vivo.  

8.- DESCARTAR aquello que pueda hacerte daño o sepas que no tiene sentido.

9.- RESCATAR todo lo que te permita crecer y ser feliz en familia y con amigos.

10.- COMPARTIR con todos los que te rodean, lo mejor de ti y sentir que vale la pena creer, soñar y vivir por un mundo mejor


Cordialmente... Cortesía de Marco Antonio Guízar Ponce

miércoles, 6 de octubre de 2010

El poder del compromiso

“Hasta que uno no se compromete hay vacilación, está la posibilidad de volverse atrás y hay siempre ineficacia. En el momento en que uno se compromete definitivamente también la Providencia se moviliza. Acuden en nuestra ayuda toda suerte de cosas, que de otra manera nunca hubieran ocurrido. Una corriente de sucesos fluye de la decisión, haciendo surgir a nuestro favor todo tipo de sucesos imprevistos, de encuentros y de asistencia material y nadie hubiera soñado que pudieran venir de este modo”
Así se expresaba el escritor y montañero escocés  William H. Murray y, en mi opinión, define perfectamente el carácter, poder y consecuencias de ejercitar el valor del compromiso personal.

Compromiso, definido por la RAE como una obligación contraída, palabra dada o promesa,  es una fortaleza humana, consecuencia de la libertad personal, tan en desuso en esta época y, sin embargo, tan significativa para hacer nuestros sueños realidad. De hecho es la decisión-acción que separa a los realizadores de los soñadores.

Está en nuestra naturaleza tener deseos, marcarnos objetivos y metas y, para sentir verdadera plenitud en nuestro vivir, realizar nuestro propósito o misión personal, aquello por lo que y para lo que estamos aquí y da sentido a nuestra vida y que cada ser humano tiene que descubrir, a fin de que sus valores, elecciones, acciones y actitudes sean coherentes con la misma y la alegría, la abundancia, el entusiasmo y el bienestar llenen nuestra existencia. Caso contrario solo pasaremos por el planeta, sin pena ni gloria.

Comprometernos con nuestras creencias, decisiones, valores, propósito y hacer lo que sea necesario, pase lo que pase, nos da la ayuda necesaria para afrontar los obstáculos, oposiciones y piedras del camino,  impidiéndonos dar media vuelta a la primera dificultad, dándonos fuerza y entusiasmo para vencer la pereza y el impulso de gratificación inmediata y empujándonos hacia la cima,  logrando al fin ser, hacer y tener lo que conscientemente hemos elegido en las distintas áreas de nuestra vida.

Cuando experimentamos lo que conocemos, sabemos. Puedo compartiros que estas ideas las sé. Desde el momento en que tuve claro la razón de mi vida y me comprometí en perseguir mi dicha, desarrollándome y contribuyendo, a mi manera, a la felicidad y bienestar de las personas, “el Universo me ha abierto puertas, donde antes solo había muros”.
Quiero dar las gracias a Dios por el regalo de mi vida y de mi misión y por todas las maravillosas personas presentes en mi vida, así como lo medios materiales de que dispongo y  que me ayudan, enseñan, motivan, apoyan y están a mi lado a lo largo del camino.
Gracias, de corazón.
Ana Novo
Autora del libro “Elige tu vida, ¡ahora!”

musica para meditar y relajarse